Las navajas son conocidas en toda la geografía española, pero si vienes a Cantabria seguramente las encuentres con otro nombre: «morgueras o muergos» y es casi seguro que las veas en la carta de cualquier restaurante en su preparación más clásica, a la plancha, aunque también están muy ricas al vapor con unas gotas de limón.
Este marisco bivalvo se esconde bajo la arena y sube a la superficie con las mareas bajas. Los mariscadores recorren la balsa o arena y echan un poco de sal en los agujerito que anuncian donde se encuentran. Las navajas suben a la superficie y son recogidas a mano rápidamente antes de que se vuelvan a esconder en la arena. En las costas de Laredo, Santoña, Pedreña... es toda una tradición, tanto pescarlas como tomarlas de aperitivo los fines de semana.
Su elaboración es muy sencilla y no requiere ni tiempo ni “instrumental”. Eso sí, se tienen que comer nada más hacerse. Yo te muestro las 2 elaboraciones que hacemos en casa, los ingredientes son los mismos pero el acabado del plato es distinto. La primera es la que se toma habitualmente en todas partes: a la plancha con un hilo de un buen aceite de oliva mezclado con ajo y perejil muy picadito, todo en crudo. La segunda es la que hacemos en casa: con el ajito sofrito. Ya me dirás con cual te quedas….
NAVAJAS
Ingredientes:
· 2 docenas de navajas
· Sal
· Aceite de oliva
· 2 dientes de ajo
· Perejil fresco
Así lo hago yo:
OPCIÓN 1.
- Ponemos las navajas a remojo con un puñadito de sal durante dos horas para que suelten la posible arenilla de su interior.
- Pasado el tiempo las volvemos a lavar bajo el grifo con agua fría y las escurrimos bien.
- En el mortero machacamos los dientes de ajo con unas ramitas de perejil y un pelín de sal.
- Añadimos al majado un buen aceite de oliva y mezclamos bien.
- Ponemos las navajas en la plancha o en una sartén antiadherente a fuego vivo y esperamos a que abran.
- Nada más abrirse, las ponemos en la fuente se servir y las regamos con el majado de aceite, ajo y perejil.
OPCIÓN 2.
- Ponemos las navajas a remojo con un puñadito de sal durante dos horas para que suelten la posible arenilla de su interior.
- Pasado el tiempo las volvemos a lavar bajo el grifo con agua fría y las escurrimos bien.
- En una sartén pequeña, ponemos un fondo de aceite de oliva, picamos muy finito los dientes de ajo y esperamos a que comiencen a dorarse.
- Prácticamente a la vez, ponemos las navajas en la plancha o en una sartén antiadherente a fuego vivo y esperamos a que abran.
- Nada más abrirse, ponemos las navajas en la fuente se servir y las cubrimos con los ajitos dorados y espolvoreadas con perejil fresco picadito.
¡Que te aproveche!
Bienvenid@

Con frecuencia, abría la ventana de su cocina y dejaba enfriar en la repisa una bandeja. Si la brisa era importante, el olor a recién hecho, podía llegar hasta muy lejos. Pan, bizcochos, quiches, bollos… olores que dejaban constancia de la actividad de aquella mujer. Había veces que no coincidía con ella en muchos días pero sabía que estaba allí, al fijarme en la repisa de su ventana...
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